miércoles, 18 de mayo de 2011

PADRES Y ADOLESCENTES




La adolescencia es una de las etapas más complicadas en la vida de los humanos, no solo para los adolescentes, sino también para los padres.
Los adultos no deben trasladar sus  reglas y soluciones  a los problemas y situaciones de nuestros adolescentes. Los adultos afronta los retos con un sentido mucho más desarrollado sobre quiénes somos, cuáles son los valores importantes, qué deseamos y cómo lo conseguimos. Pero no pueden  ni deben intentar  trasladar este sentido a los hijos. No deben imponer su manera de hacer las cosas o arreglar situaciones difíciles. Pueden  y deben escuchar, aconsejar, ayudar o ensayar con ellos. Pero nada más. Tienen que aprender, y hay  respetar su manera de hacerlo en la mayor medida posible.
Errores, falsos inicios, opiniones equivocadas, acciones impulsivas, obsesiones pasajeras, lealtades cruzadas, fracasos..... todo forman parte de este aprendizaje. Los adolescentes no solo tienen que aprender la respuesta correcta a una dada situación, sino que tienen que comprender el valor de esa respuesta y esto es algo que a veces solo se aprende a través de la experiencia. Es un camino complicado, confuso y difícil, que requiere la comprensión y el apoyo de madres, padres, y familiares mayores.
Adolescentes que se sienten capaces de contarles a sus padres sus temores, sus fracasos y sus aspiraciones sin ser juzgados, tienen mucho más posibilidades para convertirse en adultos seguros y buenas personas que aquellos adolescentes que sienten la necesidad de esconderles todo a sus padres. Los padres de adolescentes deben  mantener abiertas las vías de comunicación, trasladar sus  inquietudes a los hijos sin predicarles, aprender a explicar su  postura sin menospreciar la suya, respetarles y conseguir que respeten.

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