domingo, 22 de mayo de 2011

EL TIEMPO, LOS HIJOS



La vida moderna nos ha llenado de ocupaciones y de “necesidades”. Tenemos que estudiar, trabajar, leer la prensa, ver la televisión, hablar con los amigos, ir al bar o al club, comer aquí, viajar allá...
Algunos viven frente a la pantalla  de la computadora: hay que probar nuevos programas, “navegar” en internet, estar al día con revistas de informática... Total, que no tenemos tiempo para casi nada, A veces, ni para los hijos...
Si  somos sinceros, nos daremos cuenta que, cuando nos tocan el corazón, sacamos tiempo de donde sea
¿Hay que  esperar a una emergencia para darnos cuenta de que podemos dejar de lado mucho de lo que hacemos para invertir el tiempo en algo más importante? En otras palabras, ¿no podríamos descubrir la urgencia de invertir tiempo, lo mejor de nuestro tiempo, en estar con los hijos?
No se trata de estar siempre con los niños. También los esposos deben planear sus momentos de descanso y de intimidad. Lo que sí es importante es dejar tiempos, invertir los mejores tiempos (en momentos claves del día, en los fines de semana, en las vacaciones) para los hijos. Y eso es posible.
Una vez que hemos tomado la resolución de dedicar tiempo para lo más importante, para los hijos, , hay que dar un segundo paso: ¿en qué invertir ese tiempo? Es decir, ¿qué espera un
No es muy importante el qué, sino el cómo.
Muchas veces lo que más quiere el niño es poder hablar, expresarse, contar su vida. A veces sufre traumas en la escuela que no se atreve a descubrir en casa porque siempre papá y mamá “están muy ocupados”.
El no manifestar algo serio puede llevar al niño a problemas psicológicos graves y muy dolorosos, que luego nos van a quitar tiempo y energías en consultas con pediatras, psicólogos, médicos...
Bastaría con tener algún momento al día o varios momentos a la semana para que el niño cuente lo que le han enseñado, a qué ha jugado, quiénes son sus amigos, si hay algún maestro que lo trata mal, o si alguien en la escuela parece que lo “quiere demasiado”...
Un padre y una madre que aman captarán en seguida los problemas que puedan darse, y podrán empezar a buscar soluciones que, en los problemas más graves, cuanto antes se tomen mejor.
El juego también es un momento especial para entrar en el mundo de los niños, así los padres también deben ser partícipes en ese juego donde los hijos viven mil aventuras, con una imaginación sin límite.
También los niños parecen divertirse mucho cuando ven la televisión. Aquí hay que estar atentos a lo que ven en esa pantalla imprevisible. Cuando hay un solo televisor en casa, es fácil el control, pero a veces los padres permiten que los niños vean programas de adultos (que incluso no siempre convienen para los mismos esposos) que luego pueden dejar ideas muy equivocadas sobre la vida y la familia. En otros hogares los niños tienen televisión en el cuarto, pero la verdad es que así se corren riesgos muy altos. Por eso no hay que tener miedo a tomar una decisión radical: no dejar una televisión en el cuarto de los pequeños si no podemos estar seguros de que no van a ver nada que les pueda dañar.
Está claro, que las familias cada vez  quieren tener un mayor nivel de vida, existen padres que sólo viven por ellos y para ellos, siendo total la despreocupación por sus hijos, ya que tratan de tenerlos fuera de casa el mayor tiempo posible,  escolarizando a sus hijos cada vez a edades más precoces, apuntándoles a actividades extraescolares, luego puede resultar extraño porque los niños se comporten con rebeldía y acuden a libros, manuales incluso a programa de TV donde les enseñan a cuidar a sus hijos., pero  y cada vez encuentran más dificultades para educar a sus hijos. ¿Quién sino ellos para hacerlo mejor si son ellos quienes mejor les conocen? Son los padres, la familia quien debería pasar más tiempo con los niños, hablar, jugar…y a la vez constituir una base educativa sólida


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